08 enero, 2006

LOS JUSTICIAS

En la muy noble y leal ciudad de Alcaudete

Hace algún tiempo que vuesas mercedes dan en quejarse del relajo de la autoridad, la falta de represión al delincuente o insocial o el no cumplimiento de su función por parte de justicias y guardias, municipales les llaman ahora.
Sepan sus señorías que salvo en épocas de tensión fronteriza y por luchas con el moro, en mi época ocurría tres cuartos de lo mismo. Los justicias, municipales para entendernos, tenían un cuerpo de guardia en el que guardaban armamento y enseres para su descanso mientras esperaban su actuación en el aviso de algún delito, allí se relajaban y descansaban, llegando a dormirse y no cumpliendo con su obligación de vigilia, para evitar que gente de mal vivir cometiese tropelías o se adueñase del bien ajeno.
Algo así ha ocurrido no ha mucho, con el robo por la noche, en un sitio de venta de aparatos, del los que sus señorías vienen en llamar electrodomésticos, y que se encuentra a escasos veinte metros del cuerpo de guardia de los municipales.
Se ha llegado a decir, que los guardias dormían a pierna suelta e incluso estaban encerrados en su cubil para que nadie les molestase, ya que en vez de descansar durante el día que es cuando libran de su quehacer como guardias, se dedican a trabajar en su hacienda cuidando sus olivos y haciendo labores de campesino.
No sé si esto es cierto, pero si así hacían, puede que no sea toda la culpa suya y más culpa deberá tener el edil que los contrata y paga, haciendo dejación de funciones, luego no les exige que cumplan con su obligación de vigilancia y custodia del bienestar popular.
Todos conocen el dicho de “…a buenas horas mangas verdes”, que en algunos de mis escritos he explicado. Ya saben que los justicias tenían jubones con mangas verdes, y era común que se personasen en el lugar del crimen cuando el muerto llevaba días enterrado.
Ahora sigue ocurriendo igual o parecido ya que las costumbres han variado. Todos se quejan de que cuando pasan esos infernales vehículos que usan sus zagales, “amotillos” los llaman, con una velocidad tremenda y con unos ruidos espantosos, los municipales miran para otro lado y hacen oídos sordos. Estos “amotillos” han crecido y ahora son de cuatro ruedas (¿quad?), circulando velozmente por estrechas calles para susto y aspaviento de las personas de bien.
También hay quejas, y muchas sobre lo permisivos que son los municipales, al no impedir que cartones y basuras “adornen” los lugares más bonitos del pueblo, o que permitan a “prebostes y barandas” que tengan, durante años, ocupada la mitad de la calle por estar haciendo obras de construcción de viviendas y pisos en los que sus señorías gustan vivir.
Sepan que todo el mundo, desde que el sol alumbra la tierra, ha intentado cobrar su salario trabajando lo mínimo exigido, y si no se les exige casi nada, pues eso, no hacen casi nada.
Cuando yo vivía en este pueblo, allá por el mil seiscientos y pico, la autoridad principal la ejercían los señores condes, que estaban ahí por la gracia de Dios, y yo no podía hacer nada por cambiar semejante cosa. Ahora no es así y vuesas mercedes tienen como “mandamases” a los que en elecciones libres y secretas han elegido. Lo tienen fácil, si no les gusta como mandan o como gestionan la labor de los municipales, no los elijan de nuevo, que cuatro años no son nada y pasan enseguida.
También pueden hacer otras cosas, como educar a sus zagales, no digo que les endiñen sostrazos y bofetadas por cualquier cosa, que ya sé que semejantes métodos educativos no son del uso de estos tiempos, pero si que sería bueno enseñarles que deben respetar a los demás, y que su libertad empieza donde acaba la de los otros. No les compren “amotillos” y si lo hacen deberían enseñarles a no ir a velocidades excesivas, atronando y molestando con los ruidos que producen, que pueden matarse, como así ha ocurrido con demasiada frecuencia y amén de hacerle daño a otras personas.
Y si por una de esas casualidades les ponen una multa y son conscientes de que han hecho algo mal, páguenla, no se paren en analizar si a otros con igual delito no lo han multado por ser amistad del municipal o por pertenecer al partido que gobierna el municipio, que eso ocurre y ocurrirá siempre gobierne quien gobierne.
Ya lo decía el Loquillo : “…esto de la mocracia es una leche, los ricos siguen siendo ricos y los probes seguimos siendo probes”. Pero conténtese el pobre y no sea soberbio, que peor era en mis tiempos o como cuando sus señorías tenían como mandamás a un tal Francisco Franco que también era caudillo de España por la gracia de Dios y que cuando me cruzo con él no medio palabra alguna.
Leche y sopas nunca ha podido ser… ¿O si?

Pórtense bien y no den lugar a que me den las quejas, ya que luego "menrito" y eso da lugar a regañinas.

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