22 diciembre, 2010
07 octubre, 2010
Una cita ineludible...
Hâkem al Mâlik había sido un importante guerrero de la rama de los ziríes granadinos y disponía de hacienda y riquezas en Hins al-Uqbin, lo que vuesas mercedes conocen como Castillo de Locubín pero que por razones de su negocio de mercaderías llevaba unos cuantos años viviendo en Alcabdet, que todos conocen hoy en día como Alcaudete.
Tenía Hâkem un servidor que se llamaba Abdel Hakîm, servicial y refinado, que sustituía y auxiliaba a su señor en múltiples situaciones, Abdel era versado en medicina y tenía fama de curar con habilidad a los que requerían sus servicios. A esas habilidades se unía que era muy culto y tan buen contable que se hacía imprescindible para Hâkem al Mâlik.
Pues he aquí que este buen mozo Abdel, había amores con Yaiza hija de Tâlebq un hacendado socio de su señor y que poseía una importante hacienda por la zona de Benamazor. Joven y enamorado, dedicaba todo su tiempo libre a rondar a su dama y a visitarla en su casa, pero debido a la enfermedad de Tâlebq, sus visitas se hicieron mucho más frecuentes dado que se encargaba de suministrar potingues y remedios que mitigaran su dolencia.
La mala salud de Tâlebq traía de cabeza a toda la familia y no era raro que de madrugada se recibiera aviso en casa de Hâkem al Mâlik, para que Abdel les auxiliase en el suministro de alguna medicina u otro remedio para el padre de su amada.
Eso es lo que ocurrió una noche de verano, en la que empeoró gravemente Tâlebq y por ese motivo se encontraba a la cabecera del lecho nuestro buen Abdel colocándole una serie de emplastos que de poco iban a servir al enfermo.
El trajín de mujeres y sirvientes así como la agonía de Tâlebq le había impedido a Abdel percatarse de una inquietante presencia en la estancia. Se trataba de un personaje alto que vestía un sayal al modo de los frailes cristianos, llevaba calada la capucha que apenas dejaba ver su pálido rostro. sus ojos eran terroríficos ya que no tenían zona blanca alguna, siendo completamente negro todo el globo ocular. Su gesto era severo y miraba a Abdel con tanta insistencia que le produjo un intenso escalofrío.
Avanzó unos pasos y levanto la mano para hacerle un gesto al moribundo. Éste abrió desmesuradamente los ojos y expiró. Después volvió a mirar a Abdel y le dijo -"No esperaba verte aquí"- desapareciendo inmediatamente por donde había llegado.
Turbado por esta aparición que de seguida asoció a la muerte, se escabulló como pudo entre plañideras y familiares del difunto para volver a la casa de su señor, que a esas horas de la mañana disponía la salida de una caravana con mercancías. Al verle Hâkem le preguntó por su desasosiego e inquietud, así es que le explicó con detalle su cuita y temor. El viejo guerrero que era decidido por demás y que había arrostrado durante su vida peligros de toda índole, se tomó un tiempo para pensar y le dijo con parsimonia.
-Mala espina me da esa aparición, pero no temas que vamos a desbaratar los planes que tenga, así es que si no te encuentra, no podrá hacerte ningún mal ni podrá quitarte la vida. Te vas a disfrazar de mendigo para que nadie te reconozca y vas a coger el caballo Rojo para marchar al caserío de Hins al-Uqbin que tengo junto al río. Procura que no te vea nadie y cuando pasen unos días ya te avisaré para que vuelvas si estoy seguro de que se ha marchado.
Así lo hizo Abdel y en cuanto cayó la tarde, Hâkem al Mâlik se lanzó a la calle bien armado y con decisión para buscar al personaje que había identificado como la muerte, recorrió varios lugares y posadas hasta que bien entrada la noche lo encontró sentado ante un vaso de agua en un rincón de la posada del Zagal.
- Perdonad la intromisión, ¿Me permitís que me siente a vuestro lado?
- Si así os place...
- Parece que todos rehuyen vuestra compañía y que no es de agrado teneros cerca...
- A vos no parece incomodaros..., no sé como, pero a buen seguro es que sabéis que no tengo planes para con vos en mucho tiempo.
- Pues no lo sabía pero agradezco la información, estad cierto de que nunca he temido a nada ni a nadie, pero permitidme una pregunta que me intriga..., ¿Porqué le dijisteis a mi sirviente Abdel que no esperabais encontrarlo junto al lecho del difunto Tâlebq?
- Pues porque tiene cita conmigo mañana a primera hora en una finca de Hins al-Uqbin, que está situada junto al río que por allí circula y va a tener un accidente con un caballo llamado Rojo, así es que por ese motivo me extrañó su presencia a la hora de finalizar la vida de Tâlebq...
La sorpresa y un cierto grado de desesperación se apoderó de Hâkem al Mâlik, que sin mediar palabra se levantó y se dirigió a la calle...
Pórtense bien y no den lugar a que me den las quejas,
ya que luego "menrito" y eso da lugar a regañinas.
09 enero, 2010
El Romance de Gerineldo
Sin que se pueda decir que sea proclive a la poesía y los romances, se me ocurre traerle a vuesas mercedes, uno de los romances más extendidos desde tiempo inmemorial y que ha llegado hasta nuestros días, aunque el uso y abuso de televisiones y otros inventos modernos han dejado un tanto en el olvido de las generaciones jóvenes. Es esta una historia del triunfo de la pasión sobre las barreras sociales, cantada por doquier, y también bailada en el muy famoso “baile a tres” (de hombre con dos doncellas), y que según parece se conserva en Las Navas del Marqués, pueblo serrano de las sierras de Ávila.
El gentil y bello Gerineldo, que podría ser el Reginaldo, de versiones portuguesas, o tal vez Eghinardo, alcanzó fama y difusión por tantos lugares y sitios que llegó a ser impreso en mis años mozos del siglo XVI, procedente de un pliego suelto, que se difundió en 1537, donde queda truncada la historia en el momento en que la infanta descubre que su padre ha puesto la espada entre ambos amantes. Después en posteriores versiones continúa la acción a Turquía y hasta se inventan una huida de los amantes a remotos lugares.
Entre millares de versiones de la tradición oral que han llegado a siglos recientes y aunque similares, todas distintas, les traigo la versión que más me gusta:
¡Quién tuviera la fortuna
para ganar lo perdido,
como tuvo Gerineldo
la mañana de un domingo,
estando limpiando sedas
para al buen rey dar vestido!
-Gerineldo, Gerineldo,
paje del rey más querido,
¡cuántas damas y doncellas
desean dormir contigo!
Bien pudieras, Gerineldo
tratar de amores conmigo.
-Como soy criado vuestro,
os queréis burlar conmigo.
-No te lo digo de burlas,
yo de verdad te lo digo.
-¿A qué horas vendré, señora,
a qué horas vendré al castillo?
-A horas de la media noche,
cuando cante el gallo primo,
a esas horas de la noche
el rey estará dormido.
Ven a sombra de tejados,
para no ser conocido.
Aún no eran las doce dadas,
Gerineldo en el camino,
los zapatos en la mano,
a fin de no ser sentido.
Halló una escala al balcón,
por ella subió al castillo.
Cada escalón que subía
le costaba un suspirillo,
y en el último escalón
la infanta le había sentido.
-¡Oh, quién ronda mi palacio,
quién es ese atrevido?
-Gerineldo soy, señora,
que vengo a lo prometido.
-Si tú fueras Gerineldo
dieras señas del castillo.
-A los pies de vuestra cama
hay un limón muy florido.
Ya lo agarra de la mano
para dentro lo ha metido,
lo lavó en agua de rosas
para acostarlo consigo;
tantos son besos y abrazos
el sueño los ha vencido
Despertara el rey gritando
de un sueño despavorido:
-“O me duermen con la infanta
o me roban el castillo”
Llamó el rey a Gerineldo,
su pajecillo querido,
que le trajese las armas,
que le trajese el vestido.
Y le contesta otro paje,
de Gerineldo enemigo:
-Se ha ido a jugar a los dados
con las damas al castillo.-
Pronto se pone de pie,
más pronto coge el vestido,
puso la espada en el cinto
y se fue para el castillo.
Topólos boca con boca,
como mujer con marido:
-Si mato a mi hija, la infanta,
¿quién ha de heredar lo mío?
y, si mato a Gerineldo,
lo he criado desde niño;
pondré mi espada entre medias
que me sirva de testigo.-
-¡Válgame Dios, Gerineldo,
qué buen sueño hemos tenido!,
la espada del rey mi padre
entre los dos ha dormido.
-No se asuste, la infantita,
que yo la traje conmigo.
-Mientes, mientes, Gerineldo,
que yo bien la he conocido,
que la de mi padre es de oro,
la tuya de acero fino.-
Se levanta Gerineldo
y hacia palacio se ha ido.
-¿Dónde vienes, Gerineldo,
que vienes descolorido?
-Vengo de cazar la garza,
de las orillas del río.
-Esa garza, Gerineldo,
la crié yo con mi trigo.
Tómala tú por mujer
y ella a ti por marido
Entre las muchas variantes, se ha podido observar que conforme se trasmitía el romance, tanto por parte de mujeres como por hombres, han reaccionado contra este triunfo de la pasión y han visto con malos ojos a la “casquivana” mujercita de la clase noble, y hasta en Andalucía, se han difundido algunas versiones con la respuesta "machista" de Gerineldo:
-Tengo juramento hecho
a la Virgen de la Estrella,
mujer que ha sido mi dama
de no casarme con ella,
que, como se entregó a mí,
se entregará a otro cualquiera.
Estas estrofas han dado lugar a que en algunas versiones andaluzas, se haya continuado el romance de “Gerineldo” con una segunda parte, llamada romance de “La Condesita”, para que la doncella "liviana" muestre su fidelidad, puesta en entredicho por el propio Gerineldo.
Pórtense bien y no den lugar a que me den las quejas,
La Inquisición en Alcaudete
Permitan sus señorías que les hable de la Santa Hermandad y su trayectoria en Alcaudete, al menos en la época que yo la conocí.
El término de Alcaudete formaba parte del distrito que dependía del tribunal de Córdoba, el cual a su vez se encontraba dividido en diez partidos, siendo el sexto el que correspondía a Alcaudete junto a los términos poblacionales de Carcabuey, Priego, Castillo de Locubín y Alcalá la Real.
La presencia de la Inquisición en cada una de estas localidades la personificaban los llamados familiares de la Inquisición, estos eran colaboradores seglares que servían al Santo Oficio como informadores, delatores o incluso como guardias armados. En contrapartida por los peligros a que se exponían, gozaban de especiales privilegios, como el poder llevar armas o acogerse a la jurisdicción del tribunal inquisitorial, incluso habiendo cometido un delito.
No le faltaba a la Inquisición, candidatos que se prestaran a servirla ya que era muy goloso poder disfrutar de estas y otras ventajas, así es que debido a esto se tuvo que tomar la determinación de controlar su número, que debería ser proporcional en relación con el de habitantes del vecindario de cada término, de este modo durante los últimos años del siglo XVI solo existieron en Alcaudete un comisario, un notario y siete familiares del Santo Oficio, nutrida representación comparada con Carcabuey donde solo había tres familiares, o con Castillo de Locubín que tenía un comisario y un notario pero ningún familiar. Este personal de Alcaudete era de similares características que en Priego donde disponían de dos familiares menos, igual que en Alcalá que por otro lado disponía de dos comisarios.
Vuesas mercedes pueden sacar la cuenta de que el distrito sexto disponía de cinco comisarios, cuatro notarios y 20 familiares que daban una plantilla total de 29 componentes del Santo Oficio.
Si por otro lado les digo que por aquel tiempo Alcaudete tenía 1.737 vecinos y 7.816 habitantes, Carcabuey 400 vecinos y 1.800 habitantes, Priego 2.400 vecinos y 10.800 habitantes, Alcalá 700 vecinos y 3.500 habitantes y Castillo de Locubín 520 vecinos y 2340 habitantes, podrán sacar sus señorías la conclusión de que, cuanto más cerca está la villa del término que correspondería a Granada, más intensa y numerosa es la presencia y la vigilancia inquisitorial, a excepción de Priego, cosa por otro lado lógica ya que el aumento considerable de la población, que experimentó este núcleo urbano en ese periodo de tiempo no debió ser acompañado por un incremento de vigilancia inquisitorial.
Por si no fuera poco el control que día a día que ejercía este personal sobre el vecindario, debemos añadir las inspecciones periódicas, las llamadas “visitas”, que se encargaban de organizar los inquisidores cordobeses.
Entre 1570 y 1605, puedo dar fe que se realizaron cuatro visitas en la comarca, todas iniciadas desde Córdoba.
En 1570 fue el licenciado Alonso Tamarón el que nos visitó siguiendo la ruta de Carcabuey, Alcalá, Alcaudete y Baena. En 1575 fue el doctor don Alonso López el que hizo ruta por la Rambla, Montilla, Aguilar y Priego, sin que se llegase a Alcaudete por indisponerse con unas fiebres. En 1585 el doctor don Antonio Martínez visitó Lucena, Carcabuey, Priego, Alcalá, Castillo de Locubín y Alcaudete. La cuarta “visita” la hizo en 1605 el licenciado Jerónimo González que recorrió Aguilar, Priego, Alcalá la Real y Alcaudete.
Los que más sufrieron persecución por los más peregrinos motivos fueron los descendientes de las familias de conversos, como algunos procedentes de Montefrío, que habían sido traídos al partido sexto por la Casa de Aguilar años antes, y que no sabían como quitarse de encima las continuas averiguaciones que los inquisidores hacían sobre su vida y comportamiento.
Así puedo dar testimonio de la mujer de Andrés Hernández, porque al delatar a otra mujer le ordenaron que guardara el más absoluto silencio y al no hacerlo, la penitenciaron a salir en auto de fe el 18 de octubre de 1570, con un cirio, y al pago de cuatro ducados de multa.
Diego Hernández Casarabolena y Juan Gutiérrez Almuda, por motivos sexuales, que vuesas mercedes considerarían de lo más peregrino, fueron penados a recibir doscientos y cien azotes, además de seis y cinco años de galeras respectivamente.
Es singular el caso de Isabel Hernández de Luna, que pese a sus creencias mahometanas fue reconciliada o el caso de tres mujeres y dos hombres que fueron absueltos de los procesos abiertos a finales del XVI, aun habiendo sido acusados de continuar observando la ley de Mahoma.
Los delitos por los que se abrían procesos eran con frecuencia aquellos que consideraban que la fornicación no era pecado, o las faltas contra el Santo Oficio, las blasfemias y reniegos, solicitar a hijas de confesión (o sea contra los clérigos acusados de solicitar a hijas de penitencia y abusos en el confesionario), hechicerías, palabras obscenas, blasfemias o dichos escandalosos, los casos de bigamia, los judaizantes y los islamizantes.
En el curso de esta visita, el citado inquisidor recibió denuncias contra un total de 160 personas avecindadas en varias poblaciones, destacando las cincuenta y ocho entre Carcabuey y Priego, las cincuenta y seis que se hicieron en Alcalá la Real y las treinta y seis de Baena. Como vuesas mercedes pueden observar las villas de Carcabuey y Priego se llevan la palma, siendo un tercio de las denuncias por moriscos y las restantes imputables a otros estamentos de la sociedad cristiana vieja, algunos de ellos eran miembros del clero, de la aristocracia local, o de profesiones artesanales. En otras ocasiones las denuncias son debidas a la sospecha de estar circuncidados y tener hábitos alimenticios que les hacen candidatos a ser considerados judíos o moros, por sus actitudes culturales o la falta de respeto a las procesiones u otras manifestaciones religiosas.
Los aspirantes a pertenecer al Santo Oficio debían someterse a la llamada “prueba de limpieza de sangre”, esto era comprobar una serie de requisitos, como que no fueran descendientes de judíos, que debían ser personas cultas, de buen carácter, reputación, reconocida lealtad y honradez. El concepto social de cristiano viejo, tuvo grandísima influencia en estas tierras, las solicitudes para cualquier cargo, debían llevar aparejada la prueba de limpieza de sangre de los aspirantes, estos debían ser avalados por varios testigos, por lo general tres o cuatro que diesen consistencia a dicha información. Estos testigos debían ser personas de calidad, pertenecientes a estamentos privilegiados, si bien a veces se consintió las declaraciones de los humildes, aunque como regla inviolable tenían que ser invariablemente cristianos viejos.
También estaban obligados a pagar la “media annata”, o mitad de los ingresos percibidos durante el año, con destino en la cámara apostólica.
Los familiares o alguaciles de la Inquisición estaban facultados a practicar detenciones, eran también carceleros y en ciertas ocasiones debían acompañar a los inquisidores, para llevar armas tenían que estar autorizados, usaban cruces y las diferentes insignias de la Inquisición, en las fiestas solemnes, en los autos de fe y cuando tenían que recibir a personajes importantes.
El alguacil mayor era un cargo de honor que solo se daba a personas de categoría.
Los comisarios tenían por cometido el estricto cumplimiento de cuantas misiones se les encomendaran, entre ellas investigar el pasado, reputación, negocios y amistades de las personas denunciadas, con el fin de comprobar si eran ciertos los delitos que se le impugnaban.
Los notarios se encargaban de los bienes incautados a los reos, una parte los destinaban a la corona y la otra para el Santo Oficio que con ellos cubrían parte de sus cuantiosos gastos.
Los calificadores estaban encargados de examinar los libros y escritos denunciados como herejes e inmorales.
Y por último las denominadas personas honestas que visitaban a los prisioneros para consolarlos en su infortunio y enseñarles la verdadera fe.
Sirvan estos apuntes para introducir a vuesas mercedes en el conocimiento del funcionamiento del Santo Oficio, cosa aparte es escribir sobre los procesos y juicios así como las averiguaciones y torturas a las que se sometía a los procesados para recabar de ellos la verdad sobre los hechos denunciados. Esto es cosa que me propongo hacer y si se me permite publicar en estas páginas en una futura ocasión.
15 abril, 2009
LO POLÍTICAMENTE CORRECTO
Procuro, y sus señorías lo saben, adecuar mi forma de pensar del siglo XVII a la época actual y aunque lo consigo en algunos temas, me es totalmente imposible en otros. Este es el caso de lo que vuesas mercedes llaman lo políticamente correcto, o sea, me explico, que uno no diga lo que piensa porque está mal visto socialmente, aunque les conste que la inmensa mayoría piensen igual que sus señorías.
A veces veo en las televisiones, oigo en las radios e incluso personalmente, a gentes que han sufrido un daño irreparable por parte de un felón traidor y desalmado, que puede ser un maltratador marido que ha acuchillado a su mujer, o un desgraciado bellaco que ha abusado de un tierno infante haciéndole guarrerías impropias o un miserable que comercia con sustancias de droga que atontan y enajenan a muchachos y mozuelas e incluso que han sufrido un ataque indiscriminado de los que vuesas mercedes llaman ataque terrorista. Pues bien, como decía, veo que esas personas dolidas por la desgracia que les aqueja dicen entre sollozos, frases como “...que se pudra en la cárcel”, “que no salga jamás...”, “... que les hagan lo mismo que han hecho ellos” y me entran ganas de intervenir y decirles, pero ¿como va a ser eso? Si vuesas mercedes saben que en unos pocos años van a estar en la calle y por supuesto, que no va a ser lo que están diciendo, No se van a pudrir en la cárcel ni mucho menos, saldrán ¡vaya si saldrán! y desde luego que no les van a hacer lo que ellos han hecho, ¿y eso porqué?, pues porque vuesas señorías han permitido que se aprueben en este, nuestro solar patrio, unas leyes que consienten esas cosas.
Si a un criminal se le condena a dos mil cuatrocientos años de mazmorras y queda libre en unos años es porque vuesas mercedes han consentido que haya unas leyes que lo permitan y no porque los jueces lo consientan, que a mi modo de ver los jueces lo único que hacen es aplicar las leyes que hay. Pero esto que digo es políticamente incorrecto, o sea que no se hable más.
A veces alguien indignado dice en una reunión “yo no quiero que maten a nadie pero si a un asesino se le condena a mil y pico de años pues que los cumpla” y todos miran a esa persona como si hubiese blasfemado, es decir ha expresado una idea políticamente incorrecta.
L0 mismo ocurre con los eufemismos, sus señorías saben que un eufemismo es una palabra o expresión políticamente correcta y menos ofensiva que sustituye a otra considerada de mal gusto o malsonante, que puede ofender o soliviantar al escuchante, pero a veces, el propio eufemismo pasa a ser considerado inconveniente, con el tiempo, para ser sustituido de nuevo. Este es el caso de “mujer pública” eufemismo de prostituta o ramera, que alguien aficionado o aficionada a lo políticamente correcto inventó hace años, y que en estos días se utiliza como argumento contra el machismo, (comparen con el significado de hombre público). O sea que a veces usar eufemismos se vuelve contra los promotores de los mismos. (No se alarmen que hoy no toca hablar de los/las miembros/miembras).
Ya verán sus señorías como se acaba cambiando el nombre de la calle “el Conde Negro” por el políticamente correcto de “el Conde Subsahariano”. Si magrebíes son los que viven en el Magreb es absurdo que en vez de moros se diga “magrebíes”, eufemismo políticamente correcto, pero observen que nadie llama magrebíes a los blancos que nacieron y viven en el Magreb. Por otro lado, los moros ricos que viven en Marbella han conseguido que les llamemos “árabes” que por lo visto mola más.
En otro orden de cosas la chusma es chusma sea cual sea su raza o credo y hasta donde alcanzo con mis entendederas sé que a nadie le gusta juntarse con la chusma o con gente descomunal y soberbia. Pero, si por casualidad le colocan chusma en la cama de al lado en un hospital, no se le ocurra protestar, ni si quiera cuando sus veinte familiares de la misma camada o étnia le vengan a visitar y no paren de vociferar todo el rato, ni tan siquiera comentar este tema con sus amistades, pues es otra cosa políticamente incorrecta y podría ser tildado de elitista, sectario y hasta racista según el caso.
No dejemos el lenguaje en manos de los/las politicamente correctos/as pues acabaremos hablando como imbéciles. Un ama de casa no es “una mujer dedicada a sus labores” es simplemente ama de casa y a mucha honra. Un maricón no es un “gay”, que a fin de cuentas es maricón en inglés. Un negro es un negro y no es un “subsahariano” o una “persona de color” ¿de que color? Pues negro ¡leche!.
Un gitano no es “un miembro de una minoría étnica en proceso de integración”, es gitano a secas, lo mismo que yo soy un payo para ellos. Una birria de piso no es una “solución habitacional”, es un pisucho. Un enano es eso, enano y no una “persona bajita”, si yo fuese enano me ofendería que me dijesen esa tontería. Un feo no es “mal parecido”, ¿mal parecido con quien? ¿con un guapo?
Deberían, a mi parecer, ser más sinceros y menos hipócritas, llamar al pan pan y al vino vino y si alguien les dicen que las quejas que expresan en sus tertulias son políticamente incorrectas no hagan caso y mantengan su criterio, no sea que les ocurra como al importante político actual que, traicionado por su subconsciente, ha dicho recientemente que ojalá juzguen en Francia al último terrorista cautivo, porque así de seguro que le cae la perpetua. Cosa que es cierta pero que a mi parecer es de lo más políticamente incorrecto, sobre todo viniendo de la boca de quien viene.
EL CORAZÓN COMIDO
Después de haber pasado unos tres años en Nápoles, cumpliendo un servicio de don Francisco Fernández de Córdoba, cuarto Conde de Alcaudete, regresé a España allá por el verano de 1615. Otros tres años en la capital del reino me costó la obtención de las órdenes religiosas, hasta que en Diciembre de 1617 y a pocos días de la muerte de mi padre, marché a Peñaranda de Bracamonte para tomar posesión de la parroquia.
Fue en esta villa y a poco de llegar, que me contaron la historia que les voy a relatar a vuesas mercedes:
Hace muchos, muchos años que en el lugar donde hoy se encuentra el pueblo de Gimialcón, a poca distancia de Peñaranda, había un pequeño castillo en el que vivía el conde Ubaldo de Arévalo con su linda esposa Calista. Dicen los que les conocieron que eran de probada nobleza él y de una deslumbrante belleza ella, así es que se podría decir que formaban una feliz pareja que trascurría su vida placenteramente a la espera de que el Todopoderoso les bendijera con hijos que heredasen sus riquezas. Él con su afición favorita, la cetrería y ella bordando y leyendo poesías de las que trovadores vagabundos la surtían.
Fue por aquel entonces que el rey de Castilla mando llamar a la corte al conde don Ubaldo y solícito corrió al lado de su monarca, mientras que su esposa permaneció en el castillo con su dama de compañía y al cuidado de su hacienda. Pero hete aquí que se dejó caer por el lugar un apuesto mancebo llamado Benildo de San Bricio, que dominaba como nadie el trovo y su dulce voz era como terciopelo en los oídos de las damas, así es que de momento fue requerida su presencia ante la señora doña Calista, que tan aficionada a la canción y la poesía era.
Un día tras otro fue regalando los sentidos de las dos damas hasta que doña Calista enloqueció de amores hacia el apuesto trovador, entonces ya solo lo quiso para ella, apartando de las tertulias poéticas a su dama de compañía que, contrariada y despechada, comenzó a urdir la forma de vengarse de su dueña, contándoselo todo a su señor don Ubaldo.
Ajena a todo estaba la linda Calista que se entregó por completo a su nueva y alocada pasión por el apuesto Benildo, pasando a su lado dulcísimas veladas llenas de carantoñas y promesas de amor eterno, hasta que anunció su llegada el dueño del castillo, su marido don Ubaldo. Se celebró una cena de bienvenida para el señor conde y durante la misma intentaron los amantes disimular su alocada relación, Benildo cantó y recitó ante los comensales anunciando que al amanecer partiría hacia un nuevo destino, con el fin de que no sospechase nada el esposo. Pero a los postres y en un aparte, la despechada dama de compañía le contó todo al conde, mostrándole pruebas y cartas amorosas de la adúltera.
Don Ubaldo reprimió su ira y salió al patio del castillo a maquinar la manera de vengarse de los amantes. Tan enamorado como estaba de doña Calista, ni se le pasó por la cabeza hacerle el más mínimo daño físico pero si que deseaba con todas sus fuerzas vengarse del trovador y escarmentar a la casquivana, por lo que esperó a que todos durmiesen y con sigilo entró en el cuarto donde descansaba Benildo, degollándolo de un certero tajo. En su ira le arrancó el corazón que depositó en una bandeja y con la ayuda de uno de sus fieles lo arrastró al vertedero de las basuras del castillo, afuera de la muralla, para que fuese devorado por las alimañas. Después volvió a la habitación y se sentó frente al corazón del adúltero, para estudiar la forma de vengarse de su esposa.
Ya clareaba el día cuando cogió el corazón y se dirigió a las cocinas echando a todo el mundo afuera y diciendo que nadie le molestase pues iba a preparar un exquisito plato para su esposa doña Calista. La mejor cabeza de ajos, albahaca, dos granos de pimienta y perejil fresco picado, el más transparente aceite de oliva, la cebolla más hermosa y moradas berenjenas sirvieron para realizar el sofrito donde cocinó el corazón del trovador cortado en finos filetes. La fuente con el humeante guiso fue ofrecida a su dama. Ella se sirvió dos veces y se deleitó con el guiso, regado con un buen vino castellano. Preguntole a su marido por esa nueva afición a los fogones, a lo que él le respondió que era una nueva forma de cocinar que había aprendido en su estancia en la corte y se llamaba Corazón a la Provenzal... el corazón de su amante.
Cuando ella supo lo que había comido permaneció impasible y en silencio durante un buen rato delante de su marido y sin responder a los reproches que éste le hacía, solo una furtiva lágrima caía de vez en vez por sus pálidas mejillas, hasta que poniéndose de pie se dirigió al adarve de la muralla seguida de su esposo que seguía recriminándola. Se colocó entre dos almenas y sin mediar palabra se arrojó al vacío ante los atónitos ojos del marido. Nada pudo hacer por retenerla y mandó salir a la servidumbre para recoger el cuerpo de Calista. Buscaron y rebuscaron hasta el anochecer pero no lograron dar con él.
Desde lo alto de la muralla el marido dirigió el infructuoso rastreo, hasta que de pronto un hermoso halcón se posó en la almena que tenía al lado. Miró los bellos ojos del ave y se convenció a si mismo que era su esposa convertida en ave, así es que a partir de ese momento no salía de cacería sin portar en su mano y sobre el guante cetrero a lo que él creía que era su amada Calista.
Cuando hizo un año del día en que murió el trovador y desapareció Calista, murió el halcón dejando desolado a don Ubaldo que subía todas las noches al adarve del castillo a llorar su pérdida y desde las casas de los sirvientes se le veía gemir por la muerte del ave. De ahí que contada esta historia una y otra vez vino en quedarse bautizado el lugar con el nombre de Gimi-alcón.
12 agosto, 2008
LAS MÚSICAS Y LOS MÚSICOS
-Hola a todas y a todos- (Si Cervantes levantara la cabeza)
Este es el saludito como empieza alguno/a de sus señorías las intervenciones ante un público de cualquier tipo. Es obvio e innecesario, pero en aras de una actitud de igualdad entre los sexos ya casi estamos acostumbrados.
Se empieza por decir ciudadanos y ciudadanas y se acaba diciendo alcaudetenses y alcaudetensas. Algo así debió ocurrir, yo estuve en otros menesteres y no asistí, en la presentación del grupo Musical de nueva creación que se estrenó recientemente con un concierto en los salones del mesonero que vuesas mercedes llaman “El Torero”, donde después del ellos y ellas se llegó a decir músicos y músicas, para referirse a los músicos de sexo femenino.
Estas cosas acaban ocurriendo cuando nos empeñamos en usar de forma reiterada y continua el femenino y masculino de cada palabra para que no se sientan ofendidas las féminas que están en el auditorio, y si la palabra es del género neutro , pues no pasa nada y se inventa un nuevo “palabro”, (poco falta para que se diga amanta como femenino de amante, de la misma manera que existe ya en el diccionario, presidenta como femenino de presidente), así es muy posible que se le escape al orador: los frailes y las frailas, los vocales o las vocalas y los miembros y las miembras.
Me ha parecido entender que esta forma de usar el lenguaje es fruto del celo que sus dirigentes o dirigentas tienen en proteger de la desigualdad en el trato a las personas del sexo débil, o sea a las mujeres. Mucho ha cambiado el mundo desde el siglo XVII, época de la que procedo, incluso todavía no entiendo multitud de cosas que ocurren actualmente, pero esto me es del todo incomprensible.
Como vuesas mercedes saben tengo el don de permanecer oculto a sus miradas y esto me permite estar cerca y escucharles cuando hablan y se expresan confidencialmente con sus amistades. Nadie, absolutamente nadie habla así en su circulo de amistades o con su familia, sin embargo, algunos/as, sí lo hacen cuando hablan en público.
¿Porqué?
Que yo sapa nadie le dice a su mujer: En el mercado había compradores y compradoras que a las vendedoras o vendedores les pedían que les diesen buen precio a sus mercancías..
O a un amigo en la taberna, le explica que: Un secretario o secretaria se dirige al presidente o presidenta para notificarle la ausencia de funcionarios o funcionarias para nombrar a un suplente o a una suplenta.
¿A que no?
Fácil y de lo más iluso sería solucionar las desigualdades de los sexos con el uso reiterado del femenino seguido del masculino de todas las palabras pero creo que esa no es la solución, lo que creo que soluciona es el destrozo de la lengua, eso sí ayudado por la escritura desastrosa que sus retoños/as y no tan retoños/as usan en los mensajes de esos abominables artilugios que vuesas mercedes llaman teléfono móvil.
Por otro lado es completamente asombroso, a mis entendederas, como se puede escribir, negro sobre blanco: …los espectadores/as tendrá la oportunidad de reunirse con los artistas/as y con los bailarines/as después de la representación en el escenario, así como saludar al director/a de la obra.
No se habla así en todas partes, como ya he indicado y la tendencia general es no usar esa forma de hablar nada más que cuando hay auditorio enfrente. ¿Quién ordena esta forma de expresarse y cual es el porqué de esa obediencia al usar esos términos? ¿Acaso hay razones para expresarse así? Y si hay motivos suficientes para que se exprese uno así? ¿Porqué no se usa esa forma de hablar en la intimidad?
Hace poco, algún Gerifalte/a Político/a ha llegado a decir que el latín es el lenguaje culpable de todos los males machistas de la sociedad que les ha tocado vivir a sus señorías. No se en que se basará pero yo les puedo decir que tengo desencajada la mandíbula inferior desde que leí semejante chorrada. Cuando oigo hablar destrozando nuestro idioma con semejante forma de expresarse. Siento un vergüenza ajena que de seguido me lleva a decir aquello de “¡ …si Cervantes levantase la cabeza!”
Pórtense bien y no den lugar a que me den las quejas, ya que luego "menríto" y eso da lugar a regañinas.
HISTORIAS DE JAÉN DEL SIGLO XVI.
Puede ser que interese a vuesas mercedes algunas de las noticias que ocurrían en el Jaén de mi niñez y de mi edad adulta, así es posible que cambien la idea que puedan tener de esas épocas.
Sepan sus señorías, por ejemplo, que Jaén era en el siglo XVI una de las cuarenta ciudades con más importancia en Europa y además era, entre una veintena de poblaciones del Reino de Castilla, una de las que tenía voto en las Cortes. También es curioso saber que la Diócesis de Jaén, tenia entre los veinte mil y cincuenta mil ducados de rentas siendo una de las más ricas de España.
El Cabildo Municipal, en la sesión que celebró el día de 13 de junio de 1548, prohibió el juego de las cartas, y el de la pelota, "ni otro juego ninguno" en las casas capitulares. Parece ser que las dependencias del Concejo eran usadas para todo tipo de diversiones y jolgorios. El acuerdo adoptado era de lo más absurdo ya que se prohibían los juegos de pelota, siendo el portero el encargado de este cumplimiento bajo amenaza de suspenderle el sueldo durante todo un año, pero por el contrario se permitía el resto de juegos y entretenimientos si en ellos participaba algún miembro del Cabildo, y siempre que éstos se llevaran a cabo en la planta baja.
Allá por los primeros días del mes de junio de 1569 el prior y beneficiados de la iglesia de San Bartolomé le pidieron al Cabildo Municipal que se “cegara y condenara” el postigo de la muralla que se encontraba junto al dicho templo. Alegaban para ello que el postigo “está de contino rodeado de mucha inmundicia e podredumbre, perros muertos y otros animales, y que el mal olor que sale de la dicha callejuela que se extiende a las puertas principales de la dicha iglesia, que muchas veces no se puede estar, ni entrar ni salir por ellas sin ser ofendidas las personas del dicho mal olor”. Y para afianzar la queja, alegaban que el lugar se había convertido en una zona de mucho peligro, ya que, “es ocasión de muertes por ser de paso escondido y muy oscuro”. El Concejo ante dichas denuncias, mandó tapiar el acceso a la callejuela, aunque unos meses más tarde, algún inconsciente derribó la tapia.
Otro de los mandatos que hizo el Cabildo Municipal allá por el año de Nuestro Señor de 1577, fue prohibir la venta de pasteles y mantequilla por las calles los días festivos, hasta que terminara la misa de la mañana. Si tal hacían los vendedores, se les castigaría con multa de seiscientos maravedíes.
Se da el caso de que los miembros del Concejo de Jaén no solían acudir casi nunca a las sesiones del Cabildo. Sólo había unas fechas determinadas del año en que estaban presentes todos: y estos eran los días en que se sorteaban los balcones de la plaza de Santa María o los de la plaza del Mercado para asistir a las corridas de toros.
Allá por la última quincena de julio de 1588, el Cabildo Eclesiástico celebró una procesión para rogar por la victoria de la Armada Invencible sobre la flota inglesa. Salió a las cinco de la tarde del Convento de Santo Domingo, y se dirigió a la plaza de Santa María, con la Virgen del Rosario y montones de vecinos con todos los miembros del Cabildo Municipal.
A las postrimerías del siglo XVI el olivar no era uno de los cultivos más apreciados en Jaén. Se podría decir que era un cultivo sin interés. Eso se desprende de la lectura de un acuerdo tomado por el Concejo el 15 de enero de 1596, cuando se da un toque de atención por el peligro que tendría el arranque de olivos sin ton ni son. Denunciaba así: "(...) de la desorden grande que hay en sacar los olivares de raíz y que se hace ya con tanta libertad y exceso que en las plazas públicas donde se vende la leña es la mayor parte de olivas, siendo esto en tan grande daño de la República y rentas reales de Su Majestad (...)".
Otra cosa que resultará curiosa a vuesas mercedes es que el Concejo de Jaén acordó, en la sesión que celebró el 5 de mayo de 1600, prohibir la venta de habas verdes por creer que este alimento podría causar la enfermedad mortal de la peste. Para obligar al cumplimiento de esta norma, se dictó una pena de doscientos azotes a todo aquel que se atrevieran a venderlas.
Allá por 1609 el Cabildo Municipal acordó hacer un balcón en el lateral de muralla situada en la plaza de Santa María para que los miembros del Ayuntamiento y del Cabildo Eclesiástico pudieran ver desde ahí las corridas de toros, quedando de este modo libre la lonja "(...) para evitar los ataques de los toros a caballos y hombres (...)". (Sépase que por aquel entonces no había plaza de toros permanente).
Don Melchor de Soria y Vera (1558-1643), clérigo de la ciudad, ordenó en 1614, (con el orden sacerdotal), a Lope de Vega. Exigiéndole que para ello se cortase el bigote, dejándolo rasurado del todo. Como así lo relató el poeta en una de sus cartas:
"(...) Llegué a Toledo, presenté mis dimisorias al de Troya, que así se llamaba el Obispo, y diome Epístola para que V. E. sepa que ya me voy acercando a capellán suyo. Y sería de ver cuán a propósito ha sido el título, pues sólo por Troya podría ordenarse hombre de tantos sucedidos, mas tan cruel como si hubiese sido el que metió el caballo en ella, porque me riñó porque llevaba bigotes, y con esta justa desesperación yo me los hice quitar, de suerte que dudo que V. E. me reconozca, aunque no me atreveré a volver a Madrid tan rapado (...)".
Por último, sepan sus señorías que para colonizar las Indias, durante todo el siglo XVI, unos siete mil quinientos habitantes de Jaén cruzaron los mares para tal menester.
Pórtense bien y no den lugar a que me den las quejas, ya que luego "menríto" y eso da lugar a regañinas.
EL PAN.
No les voy a decir que cuando yo era niño, a finales del siglo XVI, el pan era mejor, no, pero había pan bueno para quien podía pagarlo y me parece que ahora no ocurre eso, por lo menos en Alcaudete.
A altas horas de la madrugada, me he pasado por alguna de las panaderías del pueblo y cualquier parecido con una panadería de las de siempre es pura coincidencia. No se si queda algún horno de leña, yo no lo he visto, pero como ocurre con el jamón ibérico, el secreto del buen pan no es el horno. Siempre se ha oído decir que un buen jamón depende de la curación y del lugar frío y natural donde se realice, pero eso no es cierto ni es lo más importante, hoy día, sus señorías saben que la mayoría de los jamones se curan en cámara frigoríficas. Entonces ¿de qué depende su sabor?, pues de lo que come el marrano, si es de buena casta y se cría en el campo y con bellotas para que vamos a decir más, seguro que sale exquisito.
¿Y el pan?, pues depende de sus ingredientes o sea las harinas con las que se hace. Pero ¡si sacan una barra de una pelotilla de harina que cabe en la palma de la mano! Entonces ¿que pagamos al comprar una barra?, pues pagamos el gasoil de la furgoneta que nos la trae a casa, la ganancia del panadero y poco más.
El problema es que nos conformamos y además no hay visión profesional por parte de los panaderos profesionales. Aunque eso se está solucionando en otras partes y sitios. Es tradicional la buena calidad de las hogazas de Valdepeñas de Jaén. Está más bueno de un día para otro, ¡que gusto da cortar una rebanada! Se tuesta y se le puede poner de todo que no se rompe, es firme y tierno a la vez, aguanta el aceite y el tomate rallado a la perfección, y ¡qué sabor!.
En Alcalá mismo se encuentran panaderías o tahonas especializadas, (con letrero en la puerta), que hacen hogazas y bollos de todo tipo y texturas, así como una variadísima selección de dulces, y ¡que decir si nos adentramos en otras zonas de Andalucía y la Mancha! Pero aquí en Alcaudete no, aquí no hay esa inquietud profesional por mejorar día a día y ofrecer un buen producto, aunque sea más caro, que seguro que vuesas mercedes estarían dispuestos a pagarlo.
Ahora que bien mirado ¿Qué se puede esperar de panaderos que por no tener no tienen ni el letrero de panadería en su puerta?, pero hombre ¿es que no les interesa publicitar lo que hacen? Hace unos días oí a una pareja que salía de la calle del Almendro, lamentarse: - …pues no se, me habían dicho que en esta calle hay una panadería pero yo no he visto ninguna y no es cuestión de ir llamando de puerta en puerta…-. ¿Qué les parece? ¿Tan difícil es poner un letrero para que se enteren de que ahí hay una panadería? Y eso mismo le ocurre a casi todas las tahonas, no tienen letrero y cuando se da con una, entramos y somos recibidos por una persona que parece incomodada y molesta por nuestra presencia.
En Más y Más hay una buena variedad de pan y en los Mercadona también, aunque no alcanzan las cotas de calidad que se pueden encontrar en panaderías y pastelerías profesionales a la antigua usanza ¿porqué los panaderos de este pueblo no hacen hogazas de aquellas que recordamos, bollos de Viena que comían antes los abuelos sin dientes y que estaban exquisitos con aceite? ¿No se dan cuenta que hasta los supermercados intentan hacer variedad y calidad en el pan? No sé a quien le he oído decir que los panaderos locales, reciben el pan amasado previamente y congelado para solo darle una vuelta en el horno. O sea que si esto es cierto se entiende que vuesas mercedes se quejen.
Desde hace tiempo se oye decir que el pan engorda y eso es la tontería más grande que jamás oí. El pan, el azúcar, la cerveza y el agua no engordan. Lo que engorda son los embutidos que metemos en el pan, las grasa de los dulces que tomamos con azúcar, las tapas que nos comemos con la cerveza y las chichas que hemos engullido antes de hartarnos de agua. Compremos pan de calidad y démosle la vara a los panaderos para que nos ofrezcan un buen producto aunque valga más caro.
Pórtense bien y no den lugar a que me den las quejas, ya que luego "menríto" y eso da lugar a regañinas.
17 agosto, 2007
SAN CRISTÓBAL
En mis paseos por esta villa he podido comprobar que hay una imagen de San Cristóbal en Santa María la Mayor y que durante los primeros días de Julio se celebran unas fiestas de barrio en su honor.
Sepan vuesas mercedes que la imagen de San Cristóbal tiene algunos emblemas herméticos y está ligada a la cábala y el esoterismo, siendo frecuentemente representado en catedrales y templos de la cristiandad, en murales y cuadros de dimensiones descomunales.
No es mi misión descifrar enigmas herméticos ni introducir en la alquimia a mis lectores, cosa que por otro lado podía ser interesante, poro si creo que sería oportuno traer a estas páginas la historia y leyenda de San Cristóbal, relato que Amédée de Pont-hieu 1 tomó de Jacques de Vorágine.
Antes de ser cristiano, Cristóbal se llamaba Offerus y era una especie de gigante bastante duro de mollera. Cuando alcanzó el uso de razón, emprendió viaje, diciendo que quería servir al rey más grande de la tierra. Preguntando a unos y otros, le enviaron a la corte de un rey muy poderoso, el cual se alegró no poco de tener un servidor tan forzudo. Un día, el rey, al oír que un juglar pronunciaba el nombre del diablo, hizo, aterrorizado, la señal de la cruz.
-"¿Por qué hacéis eso?", preguntó sorprendido Cristóbal.
-"Porque temo al diablo", le respondió el rey.
-"Si le temes, es que no eres tan poderoso como él. En este caso, quiero servir al diablo."
Dicho lo cual, Offerus partió de allí.
Después de una larga caminata en busca del diablo, vio venir en su dirección una nutrida tropa de jinetes vestidos de rojo; su jefe, que llevaba una armadura completamente negra, le dijo:
-"¿A quién buscas?"
-"Busco al diablo para servirle."
-. "Yo soy el diablo. Sígueme."
Y hete aquí que Offerus se incorporó a los seguidores de Satán.
Un día, después de mucho cabalgar, la tropa infernal se encuentra un crucero en la encrucijada de un camino; y observa sorprendido que el diablo ordena dar media vuelta.
-"¿Por qué has hecho eso?", le preguntó Offerus, siempre deseoso de instruirse.
-"Porque temo la imagen de Cristo."
-"Si temes la imagen de Cristo, es que eres menos poderoso que Él y en tal caso, quiero entrar al servicio de Cristo."
Offerus pasó solo por delante de la pétrea cruz y continuó su camino. Encontró a un buen ermitaño y le preguntó dónde podría ver a Cristo.
-"En todas partes", le respondió el ermitaño.
-"No lo entiendo —dijo Offerus—; pero, si me habéis dicho la verdad, ¿qué servicios puede prestarle un gigante como yo?"
-"Se le sirve —respondió el ermitaño— con la oración, el ayuno y la vigilia."
Offerus no pareció muy satisfecho con la respuesta y le volvió a preguntar:
-"¿No hay otra manera de serle agradable?."
Comprendió el solitario asceta la clase de hombre que tenía delante y, cogiéndole de la mano, le condujo a la orilla de un impetuoso torrente, que descendía de las montañas, y le dijo:
-"Muchos de los pobres que cruzan estas aguas se ahogan, así es que quédate aquí, y traslada a la otra orilla, sobre tus fuertes hombros, a aquellos que te lo pidieren. Si haces esto por amor a Cristo, Él te admitirá como su servidor."
- "Sí hermano, lo haré por amor a Cristo", respondió Offerus.
Y entonces se construyó una cabaña en la ribera y empezó a transportar de noche y de día a los viajeros y peregrinos que se lo pedían.
Una noche, después de una dura jornada y dominado por la fatiga, dormía profundamente; le despertaron unos golpes dados a su puerta y oyó la voz de un niño que le llamaba tres veces por su nombre. Se levantó, y viendo que el niño quería pasar a la otra orilla, lo subió sobre su ancha espalda y entró en el torrente. Al llegar a su mitad, vio que la corriente se enfurecía de pronto, que las olas se hinchaban y se precipitaban sobre sus nervudas piernas para derribarle.
El hombre aguantaba lo mejor que podía, pero el niño pesaba como una enorme carga; entonces, temeroso de dejar caer al pequeño viajero, arrancó un árbol para apoyarse en él; pero la corriente seguía creciendo y el niño se hacía cada vez más pesado. Offerus, temiendo que se ahogara, levantó la cabeza hacia él y le dijo:
-"Niño, ¿por qué te haces tan pesado? Me parece como si transportase el mundo entero."
El niño le respondió:
-"No solamente transportas el mundo, sino a Aquel que hizo el mundo. Yo soy Cristo, tu Dios y señor. En recompensa de tus buenos servicios, yo te bautizo en el nombre de mi Padre, en el mío propio y en el del Espíritu Santo; en adelante, te llamarás Cristóbal."
Desde aquel día, Cristóbal recorrió la tierra para enseñar la palabra de Cristo.
Esta narración demuestra con qué fidelidad los artistas imagineros y los pintores de murales observan y reproducen los menores detalles de la leyenda. Siendo una de sus primeras representaciones la que fue encargada en la Mansión Lallemant de Bourges, antigua ciudad del Berry. Bajo la inspiración del sabio hermetista que le había encargado la obra 2, el artista colocó al gigante con los pies dentro del agua y lo vistió con un lienzo ligero anudado sobre el hombro y ceñido con un ancho cinturón al nivel del abdomen. Este cinturón es lo que da a San Cristóbal su verdadero carácter esotérico, pero esa es otra historia.
1. Amédée de Ponthieu, Légendes du Vieux París, París, Bachelin-Defloreane, 1867, pág. 106.
2. Por ciertos documentos que se conservan en los archivos de la Mansión Lallemant, sabemos que Jean Lallemant pertenecía a la Hermandad alquímica de los Caballeros de la Tabla Redonda.
Pórtense bien y no den lugar a que me den las quejas, ya que luego "menrito" y eso da lugar a regañinas.
20 marzo, 2007
¿CARETO O ZANCAJO?
En la revista Sierra Ahíllos número 13 he leído la historia de la Picota, relato que al parecer tendrá continuidad en el tiempo según promete su autor, y he de decirles a vuesas mercedes que me ha gustado y me ha hecho venir a la mente mil y un recuerdos, entre ellos uno al que voy a hacer mención:
Hace muchos, muchos años, no se cuantos, rebuscando en las cámaras de una casa de la calle Campiña, donde vivió en un tiempo el deán Francisco Ariza de Sotomayor que pasó a mejor vida el año del Señor de 1558, había unos viejos baúles y curioseando entre los papeles y pergaminos que contenían, encontré varios escritos que me impresionaron sobremanera.
Uno de ellos estaba entre las pastas de un libro de Diario y al que le faltaban cachos y muchas páginas, pero releyendo aquí y adivinando allí, logré hilvanar el texto que les escribo a continuación:
“… Martín tiene ama de cría desde casi su nacimiento, su madre, como es natural en dama de rango, no lo iba a criar a sus pechos y de seguida se buscó nodriza . El ama es sana y fue buscada así para ser criado con buena leche pues a causa de la leche mala los niños se ponen enfermos y quedan desapoderados de su persona. El ama es de buena vida y honesta, porque en el amamantamiento de los niños no se debe consentir que el ama sea malsana, que tenga malos vicios o que esté en pecado, que tenga corrompida la calidad o el aliento, o que sea de mala complexión y endeble.
Cuando nació Martín, allá por los últimos años del siglo XIV de Nuestro Señor, el ama no dio a Martín otro alimento que no fuese la leche de sus pechos, porque por falta de capacidad de digestión, los niños, cuando son tan menudos y de tan corta edad no pueden cocer ni digerir los demás alimentos, como las sopas de pan mojado en aceite o en leche que se les da corrientemente, u otros alimentos que por ser duros como los picatostes son masticados por la madre o el ama y que se les hace comer a la fuerza. Por esta razón tienen los niños ronchas, roña y bultos ...
…Martín ha sido criado muy diligentemente. Y el ama, siempre lo ha vestido de tal manera que en invierno tuviera un poco de frío y en verano pasase algo de calor para que las sustancias de las que se compone el cuerpo humano se fuesen concordando en el tiempo en el que realizan sus operaciones y crecimientos para dar al cuerpo cualidad templada de forma y manera que los malos humores no se habituaran a subirse a la cabeza. De semejante manera tuvo el ama a Martín hasta que pudo andar sin miedo a tropezones y caídas pudiendo jugar con los demás niños, y no lo obligó nunca jamás a ninguna cosa contraria a las que la naturaleza requiere para tales edades sino que lo dejó hasta los nueve años al cuidado de la naturaleza.
Cuando Martín llegó a los nueve años, tenía que ver a diario a su mentor y tutor, para dar cuenta de sus juegos y correrías y para más control del niño por parte de encargado principal de la custodia del tierno infante.
A los once años de su existencia, el tutor lo puso a estudiar con un fraile franciscano, docto en teología y otras ciencias que de seguro fue gran maestro, y obraría tal como se contiene en el libro de Doctrina Pueril, donde se cuenta que al principio debe enseñarse al niño en lengua vulgar y debe explicársele los mandamientos de la ley de Dios, los artículos de la fe ...
…Aconteció un día que el ama dio a Martín, antes de que fuese a tomar lección del fraile por la mañana, carne asada para desayunar y así mismo le dio también, para que comiese en la escuela si le daban ganas de comer. Cuando el tutor lo supo, reprendió fuertemente al ama y le dijo que a los niños hay que darles para desayunar solo pan para que no pierdan el apetito a la hora de sentarse a la mesa para almorzar y para que no se hagan golosos. Por comer solamente pan, los niños no encuentran otros sabores que entorpezcan o reduzcan las operaciones naturales, por mucha cantidad que coman, pero incluso el pan no se les debe dar si es que no lo piden.
Martín fue acostumbrado a comer de todo tipo de viandas para que la naturaleza suya no se habituase más a una comida que a otra; y se le prohibió el beber vino fuerte y el vino demasiado amargo, y las salsas fuertes y con muchas especias que destruyen el calor natural de sus entrañas y de su ser. A Martín le fue asignada la obligación de ir temprano, antes de sus clases, a misa por la mañana, iba a la iglesia y rezaba y participaba con atención y devotamente. Después de la misa se encaminaba a la escuela del fraile para que aprendiese a ayudar bien a la misa cantada, así como tanta gramática que ha llegado a hablar y entender bien el latín y más tarde ha aprendido lógica y retórica y está en el conocer la filosofía natural para que con mayor facilidad pueda conocer la sapiencia que le permita tener su cuerpo sano y su mente despierta; aprende también teología para amar y servir a Dios, donde oye continuamente la Sagrada Escritura y para saber regir su alma para la vida terrena y posterior a la muerte que ha de llegar, quiera Dios que muchos años tarde.
Por las mismas fecha Martín asiste por las tardes al cuerpo de guardia del palacio de los señores condes, donde es enseñado y atendido por la soldadesca, en los usos y costumbres del arte de guerrear, el manejo y conservación de los enseres, armas y defendimientos del caballero armado, siendo controlado para esos menesteres y enseñanzas por el ayudante del maestro armero.
Mientras que Martín aprende todas estas enseñanzas, Su tutor le inculca amor y temor porque en estas dos formas y virtudes deben ser criados los niños y jóvenes con ayunos, oraciones, confesiones, limosna y con humildad en el hablar, en el vestir y en compañía de buenos hombres, así como en las artes de salvaguarda y lucha para así servir mejor a las autoridades y Señores que le hayan menester. Otras razones semejantes a éstas mostraba el tutor a Martín para que cuando fuese de edad adulta por buena costumbre y por naturaleza fuese tal que resultase muy agradable a Dios y a las gentes y no fuese rebelde a aceptar las costumbres que convienen a la buena crianza, las cuales han de practicar en primer lugar los ciudadanos y hombres de linaje…”
No es que dude del autor de La Picota, cuando dice que la historia y los personajes son de ficción, pero también es casualidad lo relatado anteriormente y las concordancias que tiene con parte de lo escrito en La Picota. De todas maneras ¿Qué importa si la historia es cierta o de ficción? ¿Qué importa si es Careto o Zancajo?
El caso es que exista el relato e interese a los lectores.
Pórtense bien y no den lugar a que me den las quejas, ya que luego "menrito" y eso da lugar a regañinas.